Las edificaciones nZEB tienen el objetivo de un consumo casi cero de energía. Para ello necesitan del sistema SATE.
En Estructuras del Levante Almeriense somos conscientes de que los gastos corrientes más importantes en una vivienda son los relacionados con el consumo energético y en concreto con la calefacción o la refrigeración.
Además de un coste monetario tiene un permanente coste ecológico. Añadamos también el cada vez mayor riesgo de colapso del abastecimiento eléctrico .
A la vista de esta realidad, el Parlamento y el Consejo europeos elaboraron una normativa en 2012 para promover la eficiencia energética en toda la Europa. Intentaban buscar una reducción de las emisiones de GEI o gases de efecto invernadero y de otros agentes contaminantes que se encontrasen en edificios, los medios de transporte y en los procesos de producción de cualquier industria.
¿Qué son los nZEB?
Edificios con consumo de energía casi nulo o Nearly Zero Energy Buildings
Dentro de las principales directrices que recogía la norma, una de ellas hablaba de la transformación del diseño, construcción y gestión de los edificios para mejorar su eficiencia energética. Los bautizaba como ‘Edificio de Consumo de Energía casi Nulo’, o nZEB (Nearly Zero Energy Buildings).
Es decir, construcciones que apenas consumiesen electricidad y que la poca que pudieran utilizar, proceda de fuentes renovables. Y, además, marcaba un periodo claro para el cumplimiento de estas disposiciones: 2019 respecto a las edificaciones públicas y 2021 para las privadas.
Sin duda, la manera de proyectar las construcciones necesita adaptarse con urgencia a este escenario.
Es imprescindible pensar en cualquier tipo de edificio como un todo y abordar su gasto energético de una forma inteligente en función de su localización, su envoltura, su orientación o su tamaño. De esta forma, el edificio se adapta a su entorno y necesita mucha menos cantidad de energía para cumplir con las necesidades del uso al que se destina.
Normativa nZEB
Aunque realmente la normativa no entra en todos los consumos energéticos que puede tener una edificación. Lo que si quiere controlar de entrada son los ítems en referencia a la climatización y el agua corriente sanitaria en viviendas, a lo que se debe sumar la iluminación en edificios de uso terciario ( los que no son viviendas), por lo que no se contará el gasto de los electrodomésticos ni en casas ni en oficinas.
Indican desde la Subdirección general de Arquitectura y Edificación del Ministerio de Fomento que desde muy pronto es posible que sea necesario tener en cuenta en el balance energético elementos como el consumo de los electrodomésticos o la carga destinada a vehículos eléctricos, evidentemente todo ello de acuerdo con las nuevas disposiciones que se produzca en la normativa europea.
¿Se puede llegar a un consumo casi nulo en los edificios? Si, se puede
Para llevar a una construcción hasta unos gastos energéticos de climatización y agua corriente sanitaria tendentes a cero, es imprescindible trabajar con criterios de diseño arquitectónico inteligentes que mejoren el rendimiento del consumo y evitar ciertos “males” en los que se suelen incurrir en las construcciones convencionales y especialmente las que buscan mejorar todo lo relativo a los aislamientos o las filtraciones de aire.
Una buena definición del proyecto constructivo debe basarse en un estudio de la ubicación del edificio, de su realidad climática, que no tiene que tener sólo en cuenta la temperatura, sino también la orientación, el viento o la cercanía de una montaña o al mar.
nZEB: Definición normativa
El ministerio de Fomento explica que un edificio nZEB será aquel que no supere el valor límite establecido para su consumo de energía primaria (la cantidad de energía que se gasta desde su obtención en la naturaleza hasta su uso en el edificio) que se fijará en función de la zona climática de invierno y del uso del edificio, ya que la norma separa entre viviendas y otros usos.
También señala el ministerio que la construcción tendrá que satisfacer el resto de condiciones complementarias relativas a la calidad de la fachada térmica y del resto instalaciones, la contribución mínima de energías renovables para agua corriente sanitaria y a la generación eléctrica para autoconsumo.
La directiva europea hace mención expresa al papel de las energías renovables, subrayando que deben contribuir a la eficiencia pero no servir de coartada para “arreglar” diseños deficientes, pues su uso también tendrá restricciones.
Realmente en lo que la norma hace hincapié es en el diseño arquitectónico de los edificios de nueva construcción. Estos tendrán que ayudar, con su definición inteligente, a reducir el consumo de energía en calefacción, refrigeración y agua caliente.
Esto es una importante diferencia respecto a lo que se venía haciendo hasta ahora, puesto que el proyecto del edificio sólo tenía en cuenta criterios estéticos y sin cuestionarse la respuesta energética ni su implicación en el consumo sin limitación de la misma.
Desde 2013 existe un certificado energético del inmueble donde debería reflejarse este menor consumo.
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